LA ELECCIÓN DE UN REY COMO LAS DEMÁS NACIONES (2)

 “Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón” (1 Samuel 16:7)

“Pablo, apóstol (no de hombres ni por hombre, sino por Jesucristo y por Dios el Padre” (Gálatas 1:1)

“Doy gracias al que me fortaleció, a Cristo Jesús nuestro Señor, porque me tuvo por fiel, poniéndome en el ministerio” (1 Timoteo 1:12)


Decir que la cristiandad, cometió la misma falta que Israel en su momento, dejando de lado a Dios para confiar en el hombre, parece duro. Sin embargo, es así. Los seres humanos somos muy propensos a dejarnos deslumbrar por las capacidades humanas. Hasta el mismo Samuel, un varón santo y fiel del Señor, pensó al ver a Eliab que era a quien debía ungir, y Dios le dijo que no mirara las cosas como las mira el hombre, porque Dios mira el corazón.  (Véase 1 Samuel 16:7)

Los hombres miran las cualidades y deducen lo que puede ser bueno, pero Dios ama la verdad en lo íntimo, por eso elige y unge de otra manera, teniendo en cuenta la fidelidad de corazón y no solo las capacidades naturales para el servicio.

Las capacidades naturales en el mundo reciben honra y títulos lisonjeros. La cristiandad está profesionalizada en el servicio y el ministerio bajo el pretexto de hacer las cosas con excelencia. ¡Qué cuidado hay que tener con eso! Crecer en la gracia y en el conocimiento, está bien, pero ¡cuidado! Porque tal como en Israel, el deseo de organizarse según el mundo, termina supliendo a Dios por el hombre. Quien luego es el que dictamina todo, capacita, envía y dirige la obra. Tal, como tristemente se ve hoy en día. No caigamos en eso. Volvamos a como ha sido todo desde el principio.


Pensamientos para reflexionar

www.lacuevadeadulam.com.ar  weblacuevadeadulam@gmail.com

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *