“Gloria de Dios es encubrir un asunto; Pero honra del rey es escudriñarlo.” (Proverbios 25:2)
“Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios; mas las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos para siempre, para que cumplamos todas las palabras de esta ley” (Deuteronomio 29:29)”
“Jesús dijo: Escudriñad las Escrituras” (Juan 5:39)
Leer y meditar en la Palabra de Dios es algo maravilloso. Dios se revela por medio de las Sagradas Escrituras. Dios se revela a la fe, Por eso es necesario que el que se acerca Dios crea que le hay (Hebreos 11:6)
Esdras era un sacerdote y escriba erudito que encontraba placer en la meditación de la Palabra de Dios, mostrando el verdadero sentimiento que debe tener todo creyente al estudiar la Palabra. “Esdras había preparado su corazón para inquirir la ley de Jehová y para cumplirla, y para enseñar en Israel sus estatutos y decretos” (Esdras 7:10)
Esos sentimientos en Esdras no salieron de la nada. Él había preparado su corazón. Tenía un propósito firme que sobrepasaba cualquier otro deseo, y era el de inquirir en la ley de Jehová. Y Dios se complacía en revelarse a él, porque veía que él inquiría, porque quería saber las cosas para cumplirlas, y de esa manera poder luego enseñarlas al pueblo. ¡Qué maravilla!
Dios no quiere revelarnos lo suyo para que nos llenemos de conocimiento y de esa manera hagamos ostentación de cuanto sabemos. Tampoco se revelará a quien no tiene intenciones de andar fielmente en sus caminos, pues le sería perjudicial. Se revela de una manera especial a aquellos que deseen honrarlo cumpliendo su palabra. Quienes tengan las cosas de Dios como preferente asunto de su alegría. (Salmo 137:6)
Pensamientos para reflexionar