
Harás asimismo una mesa de madera de acacia; su longitud será de dos codos, y de un codo su anchura, y su altura de codo y medio. Y la cubrirás de oro puro, y le harás una cornisa de oro alrededor. Le harás también una moldura alrededor, de un palmo menor de anchura, y harás a la moldura una cornisa de oro alrededor… Y pondrás sobre la mesa el pan de la proposición delante de mí continuamente. (Éxodo 25.23-25 y 30)
LA MESA DE LOS PANES DE LA PROPOSICIÓN
La mesa nos habla de Cristo y los resultados de su obra de salvación.
En el lugar Santo, frente al Candelero de oro estaba la mesa de los panes de la proposición, o de la presencia. Esa mesa nos habla de Cristo. Madera y oro que nos recuerdan su humanidad y divinidad.
Sobre ella, los doce panes de la proposición que representaban a las doce tribus de Israel, bajo una unidad perfecta siempre ante los ojos de Dios.
El candelero, figura de Cristo, por medio de sus siete brazos que iluminaban por la acción del aceite (el Espíritu Santo) la obra perfecta de Cristo, alumbraba constantemente a todos los rescatados por gracia juntos y en armonía.
La Mesa, tenía una moldura alrededor, y una cornisa de oro. Esto impedía que los panes se deslizarán y cayeran, lo cual nos habla de la seguridad divina (oro) que tienen los rescatados, poseyendo una salvación eterna que no se puede perder. La medida de la moldura era de un palmo, es de decir la medida que tenía una mano, desde el pulgar al meñique, lo que nos recuerda que son las manos del Señor las que nos otorgan la seguridad de una salvación tan maravillosa y que nos colocan para siempre en la presencia de Dios, diciéndonos: “Y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano” (Juan 10:28)
Pensamientos para reflexionar