EL VESTIDO DE SALVACIÓN Leer (Mateo 22:1-14)

“En gran manera me gozaré en Jehová, mi alma se alegrará en mi Dios; porque me vistió con vestiduras de salvación, me rodeó de manto de justicia” (Isaías 61:10)

“El reino de los cielos es semejante a un rey que hizo fiesta de bodas a su hijo; y envió a sus siervos a llamar a los convidados a las bodas… Decid a los convidados: He aquí, he preparado mi comida; mis toros y animales engordados han sido muertos, y todo está dispuesto; venid a las bodas” (Mateo 22:2 y 4)


La parábola de la fiesta de bodas nos muestra entre otras cosas el llamamiento de Dios, la actitud de rechazo por parte del hombre, el amor incansable de Dios, y la postura de aquellos que desean gozar de las bendiciones del reino sin estar vestidas de boda.

En oriente, en tiempos bíblicos, el rey cuando invitaba a una fiesta proveía a sus invitados de todo lo necesario para la estadía en el palacio. Si alguien se negaba a arreglarse y a vestirse con el vestido provisto, no podía ingresar.

El rey nos habla de Dios, y el Hijo, de Jesucristo. Los invitados son los llamados, y quien no ha querido vestirse, representa a aquellos que piensan que, así como están podrán estar en la presencia de Dios.

Tener el vestido de boda, es semejante a estar vestido por Dios con el revestimiento de justicia y santidad de Cristo. Cuando Dios nos ve vestidos así, al vernos ve a Cristo y ahí sí se puede entrar en la presencia de Dios. Vestidos con lo que a nosotros nos parece adecuado y bueno, provisto por nuestros recursos, es imposible. Muchos piensan que, así como están serán recibidos, pero Dios solamente nos recibe aceptos en el amado (Efesios 1:6) Revestidos de Cristo (Gálatas 3:27) Y esto se adquiere, acudiendo al llamamiento de salvación, y entrando por la puerta que es Cristo (Juan 10: 9)


Pensamientos para reflexionar

www.lacuevadeadulam.com.ar  weblacuevadeadulam@gmail.com

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *