
Os digo que en aquella noche estarán dos en una cama; el uno será tomado, y el otro será dejado. Dos mujeres estarán moliendo juntas; la una será tomada, y la otra dejada. Dos estarán en el campo; el uno será tomado, y el otro dejado. (Lucas 17:34-36)
Los versículos del encabezamiento, se han citado muchas veces aplicados a la venida del Señor por los suyos, confundiéndolos con el arrebatamiento
Sin embargo, las expresiones del Evangelio según Mateo 24:40-41 y de Lucas 17:34-36 no se refieren a la venida del Señor a buscar a su iglesia, sino a la venida del Señor en juicio, cuando venga para establecer su reino de mil años sobre la tierra.
El Señor, primeramente, vendrá por nosotros. Esa venida es llamada el arrebatamiento o rapto de la Iglesia. Allí el encuentro será en el aire, (1 Tesalonicenses 4:17) y lo que sucederá será a la inversa que cuando venga para establecer su reino.
En el arrebatamiento, El Señor vendrá por nosotros para sacarnos de la tierra y llevarnos al cielo. En su manifestación, vendrá con nosotros, para establecer su reino sobre la tierra.
En uno, el destino es el cielo, en otro: La tierra.
Cuando él venga para establecer su reino en la tierra, tendrá que limpiar la tierra de iniquidad, tomando en juicio a todos aquellos que rechazaron su gracia; dejando únicamente a todos aquellos que felizmente ingresarán en el reino.
Aquellos que sean dejados en la tierra cuando venga el Señor a buscar a su Iglesia, serán los que se pierdan, pero, los que sean dejados, cuando venga a establecer su reinado milenial, serán los bienaventurados que ingresen al reino.
Pensamientos para reflexionar