EL PROCEDER DE DIOS EN RESTAURACIÓN

“Porque después que me aparté tuve arrepentimiento, y después que reconocí mi falta, herí mi muslo; me avergoncé y me confundí, porque llevé la afrenta de mi juventud. ¿No es Efraín hijo precioso para mí? ¿No es niño en quien me deleito? pues desde que hablé de él, me he acordado de él constantemente. Por eso mis entrañas se conmovieron por él; ciertamente tendré de él misericordia, dice Jehová. (Jeremías 31:19:20)


Qué hermoso es ver el proceder de amor de Dios para con los suyos Él ve y oye todo cuanto nos pasa y si a veces pudiera parecernos que no está actuando, no debemos desanimarnos ni dudar, pues él espera siempre el momento propicio y sus compasiones son grandes

Jeremías dice que Jehová había escuchado a Efraín lamentarse y reconocer su pecado (Jeremías 31:18,19) y ¿Cuál fue su respuesta? ¿Lo dejó solo en su dolor para que sufra y pague eternamente por sus desvaríos? No, sino que tuvo de él misericordia, pues siempre lo había tenido presente.

Estas declaraciones tocan el alma profundamente. Dios es quien no deja para siempre caído al justo (Salmo 55:22) Quien no olvida y perdona a todo aquel que se arrepiente y confiesa su pecado. Por eso, la  disciplina del Señor, siempre tiene por objeto la restauración y no como muchos imaginan,  el castigo en sí, como si Dios  al disciplinar se estuviese cobrando y satisfaciendo en su juicio, pues eso ya lo hizo en Cristo.

Cuando pecamos contra Dios, pecamos contra un ser infinito, por lo tanto el alcance y la dimensión que tiene el pecado cometido, es también infinito. Jamás podríamos pagar por ello con disciplina. Sin embargo, si pecamos,  somos disciplinados, para que veamos y comprendamos lo que hemos hecho, y entonces nos arrepintamos y se lo confesemos volviéndonos al Señor quien siempre tiene misericordia.


Pensamientos para reflexionar

www.lacuevadeadulam.com.ar weblacuevadeadulam@gmail.com

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *