“Gracia y paz sean a vosotros, de Dios el Padre y de nuestro Señor Jesucristo, el cual se dio a sí mismo por nuestros pecados para librarnos del presente siglo malo” (Gálatas 1:4)
“Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo” (Colosenses 2:8)
Cuando el apóstol Pablo menciona al presente siglo malo, no se refiere a un periodo de 100 años, ni al tiempo presente que vivía en ese momento. Sino al tiempo donde el sistema de este mundo dominado por Satanás, el príncipe de este mundo y sus ángeles, manejan todo en ese ámbito, incluyendo los gustos y las voluntades de las personas. Por eso que cuando se nos dice que Cristo se dio a sí mismo para librarnos del presente siglo malo, nos muestra claramente que Dios no está ocupado en mejorar el mundo, ni en darles comodidad a los seres humanos que viven bajo ese sistema, sino en salvarnos.
A muchos les podría parecer exagerado pensar así, pero miremos si será fuerte el poder del presente siglo malo que, muchos se pierden por rehusar a Cristo, justamente, porque piensan en que, si lo hacen, tendrán que cambiar sus hábitos y costumbres dejando el presente siglo malo, al cual sirven y ante el cual se postran; porque por él y sus imposiciones en modas y costumbres, invierten tiempo y dinero y hasta llegan a afligir sus cuerpos o sacrificar lo que fuese.
El presente siglo malo, es todo cuanto pertenece al mundo: La corrupción moral, política y religiosa y todo lo que no procede del Padre. Cosas, que los verdaderos creyentes debemos abandonar, ya que hemos sido liberados de ese poder.
Pensamientos para reflexionar