
“Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis. Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles” (Mateo 25:40,41)
“Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos” (Apocalipsis 20:10)
Al leer la Biblia, hay muchas cosas que al hombre natural le cuesta comprender, pues lógicamente, se necesita la iluminación del Espíritu Santo, sin lo cual, no puede entender las cosas de Dios (1 Corintios 2:14) Sin embargo, aun teniendo esa iluminación, se necesita un panorama completo para comprender ciertas cosas. Por ejemplo: muchos preguntan: Si el diablo conoce las Escrituras y las profecías, mejor que cualquiera de nosotros, ¿por qué hace cosas que evidentemente no le resultarán, sino que fracasará no pudiendo evitar llevar su castigo?
Aunque parezca difícil la pregunta, por ser muy amplia, podemos decir que es porque entre otras cosas, El diablo tiene mucho conocimiento, pero no es omnisciente, y la Palabra de Dios para quien no es de la fe pasa inadvertida. Pero, también, porque por sobre todas las cosas, Satanás, se equivoca, porque el mal es autodestructivo. El diablo es malo y el mal es autodestructivo, por eso termina destruyéndolo todo hacia fuera y hacia dentro.
Por esta causa, es normal que el diablo arrastre a los hombres a la rebelión contra Dios para que compartan su condenación finalmente en el lago de fuego. Pero, también es normal que él también se haga daño como víctima del mal que personifica. La Biblia, anuncia claramente el fin de Satanás y su rebelión, y estas Escrituras son claras para la fe, pero no para quien está ciego por el pecado.
Pensamientos para reflexionar