“Porque sobre el alto vigila otro más alto, y uno más alto está sobre ellos” (Eclesiastés 5:8)
“El Altísimo tiene dominio en el reino de los hombres, y que lo da a quien él quiere. Y en cuanto a la orden de dejar en la tierra la cepa de las raíces del mismo árbol, significa que tu reino te quedará firme, luego que reconozcas que el cielo gobierna” (Daniel 4:25,26)
Daniel dice claramente “Hay un Dios en los cielos…” Y a Nabucodonosor, tuvo que decirle todo cuanto le pasaría y hasta donde tendría que humillarse hasta que reconociera “que el cielo gobierna” (Daniel 4:26) “El cielo gobierna” ¡Qué expresión maravillosa” Esta declaración alienta a los que aman a Dios, porque entonces comprenden mejor porque todas las cosas a ellos les ayudan a bien. (Romanos 8:28)
Lamentablemente, esto tan maravilloso, como es saber que el cielo capitanea por sobre todas las cosas, se ignora o mal entiende. Y esto no solo entre los incrédulos, sino también entre los creyentes.
Los incrédulos toman una declaración así, para culpar a Dios por todo lo malo que suceda en la tierra, pues, ellos piensan que si finalmente el cielo gobierna, todo lo que pase es porque Dios lo produce y lo manda, olvidando que el hombre y la creación están bajo las consecuencias del pecado que entró en el mundo por un hombre y no por Dios. (Romanos 5:12)
Por su parte, los creyentes, muchas veces dicen amén a esta verdad, pero cuando les pasa algo, olvidan que el cielo capitanea, y buscan la ayuda del hombre, y le reclaman al hombre por lo que les pasa. Esperando la solución mediante sus influencias dentro o fuera de la congregación, en lugar de esperar en Dios.
Los creyentes, debemos esperarlo todo del Señor, sabiendo que finalmente, el cielo gobierna.
Pensamientos para reflexionar