
Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. (1 Tesalonicenses 4:16,17)
“Porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados” (1 Corintios 15:52)
Alguien decía sarcásticamente: “Todos son creyentes hasta que suene la trompeta…” Esto nos hace pensar lógicamente, en el momento en el que el Señor Jesús con voz de mando, con voz de arcángel y con trompeta de Dios descenderá del cielo para llevar a los suyos consigo (1 Tesalonicenses 4:16,17) Allí sí que se sabrá quien es de Cristo y quien no. Hoy es fácil decir que uno cree, pero en ese momento se verá la realidad de la fe. Personas que no hubiésemos pensado subirán al encuentro del Señor y otros que hoy pensamos que son de Cristo, se quedarán y su suerte será terrible.
Jesús dijo: “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos” (Mateo 7:21) Esto nos muestra al menos dos cosas importantísimas. Primero que no todos los que dicen ser de Cristo lo son y luego que los que son de Cristo se conducen de una manera completamente distinta a los que son del mundo, porque no son creyentes de palabra, sino de hecho y en verdad. Ellos hacen la voluntad de Dios porque son dirigidos por Dios.
Por eso las personas no deben buscar aceptar el mensaje que le parezca más conveniente y menos comprometedor, sino el verdadero mensaje del evangelio que salva y convierte verdaderamente.
Pensamientos para reflexionar