Aunque la higuera no florezca, Ni en las vides haya frutos, Aunque falte el producto del olivo, Y los labrados no den mantenimiento, Y las ovejas sean quitadas de la majada, Y no haya vacas en los corrales; Con todo, yo me alegraré en Jehová, Y me gozaré en el Dios de mi salvación. (Habacuc 3:17,18)
El cristiano debe vivir siempre unos escalones más arriba que el resto de las personas.
Esto lo expresó Habacuc cuando dijo que aunque no hubiera nada sobre esta tierra que anduviera bien, con todo, él se gozaría en el Señor, porque “Jehová el Señor es mi fortaleza, El cual hace mis pies como de ciervas, Y en mis alturas me hace andar” (Habacuc 3:19)
Allí, está el secreto de nuestra paz. “Cuando mi corazón desmayare, llévame a la roca que está más alta que yo” Dijo David. (Salmo 61:1) Tomar una posición, espiritual, celestial, elevada, nos libra de la opresión terrenal que encontramos en este mundo, en el cual, tendréis aflicción. (Juan 16:33)
Mientras estemos sobre esta tierra, habrá bendiciones terrenales y celestiales, como las fuentes de arriba y abajo que concedió Caleb a su hija Acsa (Jueces 1:15) Esto es porque Dios bendice a sus hijos sobremanera, más debemos ser como los aprobados del ejercito de Gedeón que no doblaron sus rodillas ante las aguas, sino que la tomaron y prosiguieron (Jueces 7:7)
No nos detengamos en las bendiciones terrenales, como si eso fuera todo. Dios bendice de otra manera. (Efesios 1:3)
No esperemos nada del mundo “El mundo entero está bajo el maligno” (1 Juan 5:19)
Esperemos todo de parte del Señor y vivamos en las alturas que nos eleva la fe.
Pensamientos para reflexionar