“Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello” (Mateo 23:23)
“fieles en todo, para que en todo adornen la doctrina de Dios nuestro Salvador” (Tito 2:10)
“Efraín se ha mezclado con los demás pueblos; Efraín fue torta no volteada” (Oseas 7:8)
Una torta no volteada, es una torta que no se ha terminado de cocinar. Las tortas para que se cocieran parejas se volteaban, como una tortilla, para que se cocine de los dos lados. De lo contrario, de un lado podía llegarse a quemar y del otro quedar cruda.
Esa metáfora para describir el estado del pueblo de Dios es muy aleccionadora.
Primeramente, se nos dice que el pueblo de exclusiva posesión de Dios (Deuteronomio 26:18) se ha mezclado con el mundo y que eso hizo que se echara a perder, porque una torta no volteada es algo que no sirve. Quemada de un lado y cruda del otro.
En el sentido espiritual, nosotros también corremos el riesgo de que nos pase lo mismo. ¿Cómo? Conformándonos a este siglo (Romanos 12:1) Tomando la forma de este siglo malo, del mundo… Eso nos hará perder fuerza, y quedaremos a la mitad del proceso espiritual que Dios desea hacer en nosotros. De esa manera, por un lado, como la torta cuando se quema, hay cosas que en nuestra falta de equilibrio las acentuaremos por demás, y otras que quedaran como crudas, como suele verse a menudo, cuando se muestra un celo excesivo para ciertas cosas y un descuido acentuado y notable para otras.
Cuidémonos hermanos, la verdad que debemos sostener, no son solo unos puntos seleccionados, sino todo el consejo de Dios. (Hechos 20:27)
Pensamientos para reflexionar
