Todos los escritos
“Él volverá a tener misericordia de nosotros; sepultará nuestras iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados” (Miqueas 7:19)
“De Jehová nuestro Dios es el tener misericordia y el perdonar, aunque contra él nos hemos rebelado, y no obedecimos a la voz de Jehová nuestro Dios, para andar en sus leyes que él puso delante de nosotros” (Daniel 9:9,10)
Los hombres fácilmente hacen distinción entre los pecados, olvidando que toda injusticia es pecado (1 Juan 5:17) y que todo pecado es terriblemente horroroso ante Dios, que es ante quien lo cometemos. Por lo cual, todo pecado toma una dimensión infinita porque pecamos contra un ser infinito, más allá de las connotaciones que tengan esos hechos en la tierra.
Por eso Cristo murió por nuestros pecados (1 Corintios 15.3) Alguien preguntará: ¿Solamente los pecados pasados nos fueron perdonados? La Biblia dice: “Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados” (Colosenses 2:13) Lo cual hace ver que Cristo habiendo sido hecho pecado por nosotros (2 Corintios 5:21) pagó por todos los pecados que el hombre puede llegar a cometer.
Quien pecó en incredulidad, tiene menos responsabilidad que quien pecó siendo ya un creyente, pero el pago, para su perdón, es el mismo: El sacrificio expiatorio de Cristo.
Si alguien preguntara ¿dónde dice la Biblia que Dios puede perdonar a quien fue rescatado y pecó contra Él? Le podemos citar, entre otros relatos, la historia de Israel, sus redimidos. A quienes puso para su gloria y quienes pecaron terriblemente. Pero, de quienes, a pesar de todo, volverá a tener misericordia conduciéndolos al arrepentimiento y a la confesión y serán restaurados en virtud de la sangre preciosa derramada por Cristo.
Continúa en la parte 3
Pensamientos para reflexionar
