“Santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados…” (1 Pedro 3:15)
“Salió Jesús de la casa y se sentó junto al mar Y se le juntó mucha gente; y entrando él en la barca, se sentó, y toda la gente estaba en la playa… Y les habló muchas cosas” (Mateo 13:1,2)
A menudo el Señor Jesús, utilizaba alguna barca de plataforma, para poder hablarle a la gente. Sin duda era un privilegio muy grande el de poder brindarle la barca al Señor, como lo hizo simón Pedro (Lucas 5:3)
Todo servicio desinteresado, hecho para el Señor, no perderá su recompensa. El Señor, que no es deudor de nadie, supo recompensar a Pedro, con una pesca extraordinaria.
Hoy el Señor no se encuentra caminando por nuestras calles como en aquel tiempo, sin embargo, nos sigue pidiendo como a sus discípulos “Que le tengamos siempre lista la barca” (Marcos 3:9)
Desde la barca se dirigía a las personas que necesitaban escuchar el mensaje de la gracia de Dios. Hoy las barcas la podemos asemejar a nosotros mismos, desde donde el Señor se dará a conocer.
Dijo el Señor: “Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo” (Juan 5:17)
Dios, actualmente, está trabajando en el corazón de personas que luego pone en nuestro camino. Necesitamos estar en la condición conveniente para que el Señor nos utilice.
Cuidemos nuestro estado espiritual y nuestra comunión con él para estar listos siempre.
Pensamientos para reflexionar