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“Tú habla lo que está de acuerdo con la sana doctrina” (Tito 2:1)
“Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas” (2 Timoteo 4:3,4)
Los cristianos, debemos guardar la sana doctrina que nos ha sido comunicada. Ahora bien. En este punto en el cual la mayor parte de los creyentes estamos de acuerdo, debemos detenernos y ver bien las cosas, pues es muy importante saber qué es la sana doctrina de la cual hablan las Escrituras.
Doctrina, es enseñanza. Es la instrucción recibida de parte del Señor que nos enseña la Biblia en forma completa y no acerca de un solo tema. Pues si tomamos un par de verdades bíblicas y las colocamos por sobre las demás verdades bíblicas, no estamos guardando la sana doctrina, sino originando una secta. Luego, sobre esos puntos que consideramos fundamentales y que colocamos por sobre toda otra verdad bíblica nos congregaremos, pero ya no congregados en torno al Señor Jesús, sino congregados alrededor de cuatro o cinco puntos doctrinales observados a rajatabla, creyendo que eso es guardar la sana doctrina.
La doctrina de Cristo, su deidad, su obra expiatoria. Las verdades en cuanto a la salvación, posición del cristiano, Iglesia, etc. Todo hace parte de la sana doctrina, y no solamente algunos puntos aislados relacionados a la santidad o referentes a la administración de la Iglesia según la interpretación de cada lugar. La sana doctrina es toda la enseñanza bíblica por lo tanto recordemos lo que el Señor dijo: “Esto es necesario hacer, sin dejar de hacer aquello” (Mateo 23:23)
Pensamientos para reflexionar
