“Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor” (1 Corintios 1:9)
“Quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús” (2 Timoteo 1:9)
Dicen que la palabra RELIGIÓN deriva del latín. “RELIGIO” compuesta por el prefijo “re” reiteración, y el verbo “ligare” ligar. Y significa algo así como: Volver a ligar, Ligar de nuevo.
El hombre busca a través de la religión, “volver a ligar” esa relación con Dios que se cortó a causa del pecado en el huerto de Edén. Trata por medio de actitudes, “buenas obras”, ofrendas, sacrificios, oraciones… ganar la aprobación de Dios y su aceptación. Sin embargo, nada de esto puede reconciliarlo con Dios. Todas esas prácticas “tienen a la verdad cierta reputación de sabiduría en culto voluntario, en humildad y en duro trato del cuerpo; pero no tienen valor alguno contra los apetitos de la carne” (Colosenses 2:23)
La Biblia dice que nadie le dio algo a Dios como para que por eso sea recompensado (Romanos 11:35) Ni que el don de Dios se obtiene por dinero (Hechos 8:20) Porque Dios, “Es muy limpio de ojos para ver el mal” (Habacuc 1:13) y mientras el pecado esté haciendo separación entre el hombre y Dios, no puede haber comunión entre ambos.
La única manera de “Religar” esa relación cortada con Dios es a través de Cristo, quien murió en la cruz como sustituto nuestro, “para quitar de en medio el pecado” (Hebreos 9:26)
Solamente en Cristo, Dios nos acepta (Efesios 1:6) nos reconcilia y perdona.
Pensamientos para reflexionar