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“Por lo cual mi corazón se alegró, y se gozó mi lengua, Y aun mi carne descansará en esperanza; Porque no dejarás mi alma en el Hades, Ni permitirás que tu Santo vea corrupción…David… murió y fue sepultado, y su sepulcro está con nosotros hasta el día de hoy…Pero siendo profeta… habló de la resurrección de Cristo, que su alma no fue dejada en el Hades, ni su carne vio corrupción” (Hechos 2: 26-31)
Muchos se preguntan: ¿En qué lugar está el Hades? ¿En qué lugar el Seol? Y allí comienzan las explicaciones que la mayoría de las veces no son justas, porque se malinterpreta en realidad el término, al no saber definir: ¿qué es el hades?
Se dice que el Hades, palabra griega, o su equivalente en hebreo Seol, es un lugar donde van los muertos. Y que tendría que estar situado en el centro de la tierra, o en algún lugar del espacio. A esta conclusión llegan porque deducen, por ejemplo, que, si se dice que alguien va a España, va a un lugar, a un punto geográfico que está en un continente especifico, etc. Entonces, si se dice que alguien va al Hades, entienden que va a un lugar. Pero, este razonamiento no es justo, pues también decimos que alguien va al tormento, a la bancarrota, al desconsuelo, y no refiriéndonos a un lugar, sino a un estado o condición. Esto es necesario recordarlo bien, sino al leer frases, por ejemplo: “Y estando en el hades …” Se razona, estando en un sitio. Cuando realmente el Hades no es un sitio en sí, sino un estado o condición.
El Hades, es el estado en el cual están las almas desincorporadas del cuerpo. Un estado o condición, y no un lugar físico como cuando se habla del abismo, el lago de fuego, o lugares así.
Continúa en la parte 2
Pensamientos para reflexionar
