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“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna” (Juan 3:16)
“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe” (Efesios 2:8,9)
Por la mente del hombre pasan muchas ideas falsas a cerca de la salvación. El hombre imagina que Dios finalmente juzgará a los hombres considerando todo lo bueno y lo malo que hayan hecho y de acuerdo con lo que pese más en la balanza divina será la sentencia. Por eso, descuentan que la “gente buena” irá al cielo y que solamente los muy malos se perderán. Otros piensan que la única forma de mejorar y pagar por lo que se ha hecho, es morir y reencarnar reiteradas veces. Están también las personas que incorporan más a Cristo en la salvación, pero solamente como quien abre la entrada al cielo y de allí en más, ellos opinan que el hombre se salvará finalmente si cumple los mandamientos. Todas estas ideas en cuanto a la salvación, son falsas. Si el hombre se podría salvar así mismo, entonces por demás murió Cristo. (Gálatas 2:21)
La salvación es enteramente una obra de Dios. Se le ofrece al hombre por gracia, gratuitamente, y el hombre la recibe por fe. (Efesios 2:8) Está enteramente basada en la obra de Cristo, pues la condenación del hombre es a causa de su pecado y Cristo es quien murió en la cruz del calvario pagando por nuestros pecados. Cristo, de manera sustitutoria, murió pagando la culpa, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna.
Pensamientos para reflexionar
