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“Mas también si alguna cosa padecéis por causa de la justicia, bienaventurados sois. Por tanto, no os amedrentéis por temor de ellos, ni os conturbéis” (1 Pedro 3:14)
“En nada intimidados por los que se oponen, que para ellos ciertamente es indicio de perdición, mas para vosotros de salvación; y esto de Dios. Porque a vosotros os es concedido a causa de Cristo, no sólo que creáis en él, sino también que padezcáis por él” (Filipenses 1:28,29)
A nadie le gusta ser perseguido, ni que le hagan burlas, ni lo discriminen. Sin embargo, si padecemos todas estas cosas a causa de nuestro cristianismo, no debemos tomarlo como algo malo, sino por el contrario. Malo es cuando esto no sucede, porque entonces, debemos preguntarnos si estamos testificando de Cristo como deberíamos. Hoy la iglesia en muchos sitios no es perseguida, porque ha pactado con el mundo y se ha dejado manejar por el espíritu del mundo, antes que por el Espíritu de Dios.
La Biblia habla de la persecución y la relaciona con la fidelidad. Por eso no tenemos que tomar esto como algo extraño, porque eso muestra que “el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros” (1 Pedro 4:14) porque “Todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución” (2 Timoteo 3:12)
Vivir una vida piadosa según el mundo, no enoja a nadie, porque finalmente eso no es piedad. Vivir una vida cristiana, sin piedad, tampoco subleva a nadie; porque eso no es cristianismo. Pero vivir piadosamente en Cristo Jesús, produce toda clase de persecución, pues el mundo aborrece la luz de Cristo que brilla en aquellos que viven piadosamente.
El espíritu de este mundo, es completamente contrario al pensamiento de Dios, por eso todo cristiano fiel padecerá persecución y rechazo.
Los cristianos somos testigos de Jesucristo y es bien notable, en griego, mártir, significa testigo.
Pensamientos para reflexionar
