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“Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano” (Isaías 55:6)
“He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación” (2 Corintios 6:2)
La vida pasa rápidamente. Las cosas cambian en segundos. Todos los días nos enteramos de personas que pasan a la eternidad. La vida nos sorprende y de repente, una mala noticia nos hiela la sangre. La salud que hasta ayer no manifestaba nada malo, hoy nos dice otra cosa y todo cambia repentinamente. La economía nos asfixia y el mundo a nuestro alrededor no muestra otra cosa que desaliento y desesperanza. En medio de un escenario así de funesto, Cristo es predicado. Sin embargo, muchos viven estas cosas con total indolencia, como suele decirse vulgarmente: <Como si no le entraran las balas> Nada les llega, nada los hace pensar…
Al verlos en tal apatía, nos dan ganas de preguntarles: ¿No les da miedo la vida? ¿No tienen temor de que les pase como aquel hombre rico y despreocupado, al cual se le dijo: ¿Necio, está noche vienen a pedirte tu alma? (Lucas 12:20) Dios llama a todos por gracia y desea atraerlos con cuerdas de amor (Oseas 11:4) no de miedo, pero al ver lo que somos y lo que es la vida, ¿Cómo no pensar cuando la Biblia nos dice: “Prepárate para venir al encuentro de tu Dios”? (Amós 4:12)
Toda persona debe ser consciente de la fragilidad de su vida y ponerse a cuentas con Dios, creyendo en Jesús como Salvador mientras puede hacerlo. Mañana podría ser demasiado tarde.
Pensamientos para reflexionar
