NO HAY OTRO MEDIO DE SALVACIÓN

“Siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús” (Romanos 3:24-26)


Si los hombres pudiesen salvarse a sí mismo, Dios no hubiera tenido que enviar a su Hijo desde los cielos para que pagara por nuestros pecados.

Si se hubiese encontrado en la tierra un hombre sin pecado, hubiera podido haber dado al menos su vida por otro, pagando por la culpabilidad ajena con su vida, pues como la “Paga del pecado es muerte” todo pecado exige la muerte espiritual y física. Pero, Dios atestigua que no se encontró ninguno.  Porque “Ciertamente no hay hombre justo en la tierra, que haga el bien y nunca peque” (Eclesiastés 7:20) Por eso “Ninguno de ellos podía en manera alguna redimir al hermano, Ni dar a Dios su rescate” (Salmo 49:7)

Debido a esto es que el mensaje de Dios en toda la Biblia, presentó siempre el mismo principio. El hombre solo podía ser perdonado por la muerte de una víctima inocente que ocupara su lugar en el juicio.  Todos los sacrificios de antaño anunciaban eso. Pero, ¡cuidado! La Biblia aclara que, a pesar de que Dios mostraba por medio de esos sacrificios que así era la gracia y esa la forma, ninguno de ellos pudo quitar definitivamente el pecado, sino que Dios perdonaba a los hombres amparados en estos sacrificios, teniendo en cuenta el sacrificio de su Hijo, que cuando fuera el tiempo indicado llevaría a cabo en la cruz del calvario muriendo por nuestros pecados.


Pensamientos para reflexionar

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