“Conozco a un hombre en Cristo, que hace catorce años (si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe) fue arrebatado hasta el tercer cielo… que fue arrebatado al paraíso, donde oyó palabras inefables que no le es dado al hombre expresar” (2 Corintios 12:2-4)
Tú, oh Señor, en el principio fundaste la tierra, Y los cielos son obra de tus manos. (Hebreos 1:10)
La Biblia menciona muchas veces del cielo, y no de uno, sino de varios. El apóstol Pablo dijo acerca de sí mismo, que ascendió hasta el tercer cielo, el cual es el paraíso mencionado también en otros pasajes. (2 Corintios 12: 2 y 4) La presencia inmediata de Dios. También, nos dicen las Escrituras, que Jesús, traspasó los cielos, y se sentó a la diestra de Dios (Hebreos 4:14)
Con toda esta información, podemos concluir que la Palabra nos habla de la existencia de tres cielos.
El primer cielo es el cielo atmosférico, en el cual vuelan las aves, los aviones, etc.
El segundo cielo, es el cielo estelar, el que se vincula con las estrellas, los astros, los planetas y galaxias.
Y el tercer cielo, es la presencia de Dios.
Cuando la Biblia habla de Satanás y sus ángeles, como principados, potestades, gobernadores de las tinieblas… Huestes espirituales de maldad en las regiones celestes (Efesios 6:12) sitúa a estos, en la esfera de los cielos inferiores, no en el tercer cielo donde está Dios. Por eso, es que, en la esfera del primer cielo, no es de extrañar que se vean cosas extrañas que distraigan la atención, pues, además de todo lo que el hombre envía a los cielos, naves, satélites, etc. y de toda la basura espacial que da vueltas, está el campo de acción de Satanás y sus ángeles.
Pensamientos para reflexionar
