Las puertas de Jerusalén eran doce, número que nos habla de la administración perfecta de Dios con relación a la tierra. Doce fueron las tribus de Israel. Doce los discípulos del Señor, y podríamos seguir citando ejemplos, donde se pone de manifiesto el número doce, sugiriéndonos esa interpretación.
En el libro de Nehemías, se mencionan diez puertas, que son las que fueron reparadas, y siendo diez, nos hablan entre otras cosas, de nuestra responsabilidad.
El número diez en las Escrituras, siempre sugiere la responsabilidad del hombre para con Dios. Diez mandamientos, diez leprosos sanados, diez vírgenes a la espera del regreso del esposo…
Particularmente, en el libro de Nehemías, la reconstrucción de la muralla y la reedificación de las puertas, nos hablan de separación, protección y un ejercicio de cuidados de las cosas santas. Cosas que se deben tener en cuenta en la Asamblea, ya que la ciudad de Jerusalén era la ciudad de Dios.
En Jerusalén, se ve la Casa de Dios, y a Dios habitando en medio de los suyos.
El pueblo de Dios, era un pueblo santo, separado del mundo y sus cosas; de allí la importancia de la reedificación de los muros, para evitar los ataques constantes del enemigo que se acerca para entrar encubiertamente o, utilizando violencia.
Satanás, el enemigo por excelencia, siempre se presenta, con astucia, como una serpiente (2 Corintios 11:3) o con la fuerza de león rugiente que busca a quien devorar (1 Pedro 5:8) Debido a esto, las puertas son muy importantes, pues, ellas son las que dan la libertad para entrar y salir a los hijos de Dios, y las que deben cerrarse para todo lo que no es santo, o tenga origen dudoso; abriéndose recién cuando se ve claramente (Nehemías 7:2,3)
Las diez puertas mencionadas en Nehemías, son como venimos diciendo, accesos necesarios, que nos hablan al corazón, pues, debido a sus nombres y posiciones, sugieren enseñanzas espirituales dignas de considerar.
Las puertas son las siguientes:
PUERTA DE LAS OVEJAS: Por esta puerta, ingresaban aquellos animales que serían ofrecidos sobre el altar. La puerta, las ovejas, y los sacrificios, nos hacen pensar en Señor Jesús, el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo (Juan 1:29 ) quien nos dice en su Palabra: “De cierto, de cierto os digo: Yo soy la puerta de las ovejas” (Juan 10:7)
Por lo tanto, como esta puerta nos habla de Cristo y su sacrificio, es lo primera que debemos siempre tener en cuenta.
PUERTA DEL PESCADO. Por esta puerta ingresaba el pescado, lo cual nos habla de la importancia que tiene la evangelización.
Cada creyente, es convertido por el Señor en un pescador de almas. “Jesús dijo: Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres” (Mateo 4:19) “Asimismo el reino de los cielos es semejante a una red, que echada en el mar, recoge de toda clase de peces; y una vez llena, la sacan a la orilla; y sentados, recogen lo bueno en cestas, y lo malo echan fuera” (Mateo 13:47,48)
¡Cuántas enseñanzas nos dejan estos versículos! ¡Qué cuidado debemos tener! No todo lo que recoge la red, es considerado como bueno y puro. Por eso, no era cuestión de traer las redes llenas; como para nosotros, no debe ser la cantidad que se atraiga con el evangelio, sino la calidad de la pesca; pues por la puerta del pescado, sólo debe ingresar aquello, que sea reconocido por Dios como bueno y genuino.
PUERTA VIEJA: Esta puerta, debería ser bien conocida, ya que, como su nombre lo dice, era la puerta vieja, la antigua. Es conveniente considerar esta puerta, ya que es natural, que las personas se cansen de lo que conocen y procuren las cosas nuevas, las novedades; como ocurría con los Atenienses (Hechos 17:21)
Por eso, la puerta vieja, nos habla de mantener lo que ha sido desde el principio (1 Juan 1:1) “La fe, o conjunto de la doctrina cristiana que ha sido una vez dada a los santos” (Judas 3) Las sendas antiguas, para saber cuál sea el buen camino y andar por el (Jeremías 6:16)
PUERTA DEL VALLE: Un valle es un lugar llano, que se encuentra en un nivel más bajo que lo que lo rodea, por eso esta puerta situada allí, nos sugiere humildad.
Dijo el Señor: “Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón…” (Mateo 11:29) ver también (Santiago 4: 6) Pero, también, la mención del valle nos recuerda que, si la ciudad estaba más elevada, los que salían por esta puerta, bajaban al valle, y como dice el salmista: “Aunque ande en valle de sombra de muerte no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo… (Salmo 23:4)
Esto nos hace pensar, en la verdad acerca de la vida después de la muerte, y de la seguridad eterna de los creyentes que deban pasar por este valle de muerte, confiados en el Señor. Verdades que deben ser mantenidas y predicadas por los cristianos.
PUERTA DEL MULADAR: El muladar era el lugar donde se tiraban los desperdicios, la basura. Rápidamente al pensar en esto, recordamos la necesidad de limpiarnos “de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios” (2 Corintios 7:1) Y de la confesión necesaria para mantener la comunión con Dios, pues, por medio de la confesión nos despojamos de todo aquello que ensucia nuestras almas y nos impide disfrutar de la comunión.
Recordemos “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.” (Juan 1:9)
PUERTA DE LA FUENTE: Encontrar una fuente en aquellos lugares y en tiempos bíblicos sobre todo, era sin duda una gran bendición. El agua es un elemento vital. Esta fuente nos sugiere lo que encontramos en Dios, fuente de agua viva. El hombre lo desecha, y cava para sí mismo cisternas propias, pero que se rompen, y no retienen el agua. (Jeremías 2:13) Pues nada de lo del hombre se mantiene en el tiempo.
El Señor Jesús se presentó diciendo: “Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva” (Juan 7:37:38) “El que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna” (Juan 4: 14)
¡Qué bendición! Conocer a nuestro Salvador, Saciar nuestra sed, y sentir en nuestro interior, como ríos que corren para llegar a otros en bendición. Además de eso, tener dentro de nosotros, una fuente que salte para vida eterna; lo cual conduce al alma a que brote en adoración.
PUERTA DE LAS AGUAS: Esta puerta nos habla de la importancia de la Palabra. En las escrituras encontramos muchas veces como el agua es un símbolo de la Palabra. En el Evangelio según Juan capítulo 15:3 el Señor dijo: “Vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado” También leemos: “Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra” (Efesios 5:25,26) Por lo tanto, en este acceso se observa como enseñanza, el valor que debemos darle a la Palabra Santa de Dios.
PUERTA DE LOS CABALLOS: Los caballos en la Palabra cumplen un papel fundamental relacionado a la batalla. “El caballo se alista para el día de la batalla; Mas Jehová es el que da la victoria” (Proverbios 21:31) Esto nos sugiere como debemos estar preparados para las batallas espirituales, las cuales no cesarán hasta que estemos con el Señor, con quien, también, vendremos luego montados sobre caballos, acompañándolo cuando se manifieste en juicio. “Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea… Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos” (Apocalipsis 19:11 y 14)
PUERTA ORIENTAL: Esta puerta nos mantiene atentos ante la venida eminente del Señor. Era una puerta que miraba al oriente, lugar desde donde vendrá el Señor a esta tierra. Desde donde nacerá el sol de justicia: “Mas a vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el Sol de justicia, y en sus alas traerá salvación; y saldréis, y saltaréis como becerros de la manada” (Malaquías 4:2)
Siendo que este momento se acerca, y que previamente a ello, vendrá el Señor mismo en persona, a arrebatar a los suyos, debemos velar y guardarnos en una santa vigilancia. Teniendo presente que: “Todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro” (1 Juan 3.3)
PUERTA DEL JUICIO: Ésta es la puerta que nos habla particularmente de nuestra responsabilidad ante el Señor. “Por tanto procuramos también, o ausentes o presentes, serle agradables. Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo. (2 Corintios 5:9,10) “Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo… De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí” (Romanos 14:10 y 12)
Verdades tales como las que nos sugieren cada puerta, son las que debemos mantener y cuidar.
Dijo el profeta: “Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento” (Oseas 4:6) Y la falta de conocimiento acerca de temas tan importantes como los vistos en estas puertas, dan lugar para que el enemigo ingrese en las congregaciones, ocasionando divisiones y toda clases de males.
Lectura de la semana
Maravillosa enseñanza
Dios te bendiga y cada día te de más sabiduría. Muy buena la explicación
Hermosa y edificante enseñanza , DIOS LES BENDIGA MAS
Estaba buscando el significado de las puertas porque estoy leyendo el libro de Nehemías más despacio y me encontré esta joya de enseñanza. Dios continúe trayendo sabiduría y revelación de su Palabra. ¡Bendiciones!
Mui bien estudio,Dios misericordioso!