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“Alégrate, joven, en tu juventud, y tome placer tu corazón en los días de tu adolescencia; y anda en los caminos de tu corazón y en la vista de tus ojos; pero sabe, que sobre todas estas cosas te juzgará Dios” (Eclesiastés 11:9)
“Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar” (Isaías 55:7)
En la Biblia se dice que “el hombre es corto de días y hastiado de sinsabores” (Job 14:1) Porque la vida del hombre es breve y debido a las consecuencias del pecado y el mal en la tierra, en la vida se sufre. Debido a esto, la gente le da rienda suelta a sus concupiscencias, y trata de disfrutar lo más posible haciendo lo que les plazca, creyendo que eso es vivir la vida. Lógicamente, los que están muertos espiritualmente para Dios y viven en sus pecados (Efesios 2:1) no pueden encontrar placer en las cosas santas, sino en las de la carne. Por eso es que muchas veces se dice. Que lo que las personas viven en la tierra y disfrutan, aunque sea pecando, es el único “cielo” que conocerán.
¡Qué terrible condición la del hombre en su pecado! Con justa razón se dice: “Cuando alguien te diga, la vida es corta y hay que vivirla, tú dile: Sí, pero el infierno es eterno, y hay que evitarlo…”
Todos pueden andar tras los deseos de su corazón, pero deben saber que de todo cuanto hagan tendrán que dar cuentas. Por eso, no hay nada mejor en la vida que hacer lo correcto, y hacer lo correcto, es primeramente reconciliarse con Dios por medio de Jesucristo, y así empezar una nueva vida caminando con Cristo, donde solo encontrarán placer en el bien.
Pensamientos para reflexionar
