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“Mas la senda de los justos es como la luz de la aurora, Que va en aumento hasta que el día es perfecto” (Proverbios 4:18)
“Para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios” (Colosenses 1:10)
El versículo de referencia nos enseña que para los que recibieron a Cristo como Salvador, y han sido justificados por la fe, la senda por la cual transitan es como la luz de la aurora que va en aumento cada vez más hasta que finalmente se comprendan todas las cosas. Mientras tanto, a medida que avanzan en el camino de fe, van maravillándose en la gracia y aprendiendo cosas nuevas de la mano de Dios diariamente.
Esto así en cuanto a la senda que atravesamos, no a la conversión. Debemos tener siempre presente que la salvación no es gradual. Hay quienes piensan que sabrán si son salvos cuando estén delante de Dios, creyendo que la salvación es un proceso gradual. Eso es un error.
Gradual es la comprensión de todo lo que implica la salvación, porque, no podemos comprenderlo todo en un día; pero pasar de la muerte a la vida, de la condenación a la justificación por la fe en Jesucristo, es algo inmediato. Por eso, Dios nos sella como propiedad suya con el Espíritu Santo en el momento mismo en que hemos creído. (Efesios 1:13) Y podemos estar seguros de que tenemos vida eterna ya desde el momento de la conversión, porque la Palabra así lo declara. (1 Juan 3:2 y 5:13)
Quién sintiéndose perdido recibe a Cristo por fe como Salvador, es salvo desde ese momento.
Pensamientos para reflexionar
