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“Por esto, yo no dejaré de recordaros siempre estas cosas, aunque vosotros las sepáis, y estéis confirmados en la verdad presente” (2 Pedro 2:12)
“Por lo demás, hermanos, gozaos en el Señor. A mí no me es molesto el escribiros las mismas cosas, y para vosotros es seguro” (Filipenses 3:1)
Los atenienses en tiempos de Pablo, se caracterizaban por interesarse solamente en decir u oír algo nuevo. (Hechos 17:21) Esto es algo que se ve con frecuencia en el ser humano, pero, cuando esto se nota entre los creyentes es peligroso y tenemos que tener cuidado.
Los cristianos no leemos la Biblia por el simple hecho de conocer más la Biblia, sino para saber más de Dios. No nos reunimos con otros creyentes en torno al Señor para hacer gala de nuestros conocimientos, ni asistimos a las reuniones como quien va a una escuela para aprender, sino que la Palabra de Dios es nuestro alimento y el medio por el cual Dios nos habla y conduce, por eso la Palabra de Dios tiene un papel fundamental en toda reunión. En cada reunión recibimos la enseñanza de cosas que no conocíamos, así como recordamos también cosas que nos hace falta tener en mente. Por eso el Apóstol Pedro decía:” yo no dejaré de recordaros siempre estas cosas, aunque vosotros las sepáis” (2 Pedro 1:12) Recordar no es simplemente acordarse algo. La palabra recordar viene del latín Re- de repetición. Cordis- corazón. Y significa volver a pasar por el corazón.
Esto nos enseña que es necesario que aquellas verdades que alguna vez aprendimos y ocuparon nuestros sentimientos, sean nuevamente pasadas por nuestro corazón y debido a eso tengan nuevamente el efecto vigente, siempre fresco y vital.
Pensamientos para reflexionar
