
“Porque este Dios es Dios nuestro eternamente y para siempre; Él nos guiará aun más allá de la muerte” (Salmo 48:14)
En la Biblia la muerte es llamada “el rey de los espantos” (Job 18:14) algo terrible para los hombres que deben dejar este mundo para pasar a la eternidad.
“Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y fue sepultado, y resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras” (1 Corintios 15:3,4) “para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo” (Hebreos 2:14)
La muerte fue vencida. Así se cumplió lo que estaba profetizado: “Oh muerte yo seré tu muerte” (Oseas 13:14)
Para todo aquel que recibió a Cristo como Salvador, ya no hay más terror a la muerte. La muerte sigue cobrando vidas, “porque la paga del pecado es muerte” (Romanos 6:23) Pero, la muerte debe entregar lo que se ha cobrado, pues está vencida por Cristo.
La victoria sobre la muerte no se comprende cómo se debería, pues, sigue causando dolor separándonos de nuestros seres queridos. Sin embargo, no quita que esté vencida.
La victoria se apreciará plenamente, cuando la muerte sea destruida y desaparezca: “Porque el postrer enemigo que será destruido es la muerte” (1 Corintios 15:26) De allí en más, no habrá más separación ni dolor por las ausencias.
Démosle gloria y postrémonos en adoración ante Quien murió por nuestros pecados, y venció la muerte con su propia muerte.
Pensamientos para reflexionar