Todos los escritos
Después de esto, Jesús fue al otro lado del mar de Galilea, el de Tiberias. Y le seguía gran multitud, porque veían las señales que hacía en los enfermos… y se recostaron como en número de cinco mil varones…
“Aquellos hombres entonces, viendo la señal que Jesús había hecho, dijeron: Este verdaderamente es el profeta que había de venir al mundo” (Juan 6: 1, 10 y 14)
Un creyente conversaba con otro creyente acerca de las muchas reproducciones que tenía un cristiano carismático por Internet y se maravillaba al ver las decenas de miles de oyentes que lo seguían, y como se acrecentaba la cifra cada día más. El creyente sorprendido exclamaba: ¡Gloria a Dios! ¡Esa persona sí que glorifica a Dios! …
El creyente que lo escuchaba, le dijo que, escuchando esa especie de predicaciones, notaba muchas cosas que no eran de procedencia divina, pero nada cambiaba la opinión de su amigo que admiraba a aquel supuesto predicador, tan solo por el número de seguidores.
Hablando acerca de eso se encontraban un día, cuando el creyente que admiraba al predicador dijo que eso le hacía recordar a la obra que hizo el Señor. El otro creyente le contestó que el Señor no obró de esa forma, sino más bien de manera contraria y apoyándose en las Escrituras le recordó el pasaje del evangelio de Juan donde se nos cuenta la alimentación de los cinco mil y todo lo sucedido después. (Juan capítulo 6)
Nuestro Señor comienza su ministerio y comenzaron las conversiones. Muchos se hicieron discípulos y lo siguieron fielmente, hasta que el número se acrecentó grandemente. Ya no eran doce, ni cincuenta, ni cien, eran cinco mil. Si lo importante era la cantidad de seguidores, ¡qué gozo habrá sentido el Señor!
Sin embargo, veamos lo que sucedió…
Continúa en la parte 2
Pensamientos para reflexionar
