Todos los escritos
“Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas…. Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos” (Gálatas 5:19-24)
“Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne” (Gálatas 5:16)
Tengamos siempre en cuenta, la carne no mejora y siempre combatirá contra el Espíritu para que los creyentes no hagamos lo que deseamos (Gálatas 5:17) Los que no conocen a Cristo como salvador, no tienen otra alternativa que andar en la carne, pero los creyentes sí, y es andar en el Espíritu, para no satisfacer los deseos de la carne (Gálatas 5:16).
No podemos aceptar la carne con sus actuaciones resignadamente, ni decir como dicen muchos: ¡Yo soy así! ¡Nací así! Etc. Sino que debemos dejar la carne de lado, y considerarnos muertos a sus acciones, muertos al pecado, para que de esa manera no reine sobre nosotros ni nos domine (Romanos 6:11,12)
Vivimos en un medio donde todo está corrompido. El mundo nos ofrecerá sus cosas para desviarnos del camino y dañarnos. Satanás y sus huestes nos inducirán continuamente al mal, pero a más de eso, lo malo es cuando nosotros le damos cabida y le obedecemos en nuestras concupiscencias, cediendo a los deseos carnales que batallan contra el alma (1 Pedro 2:11)
La carne será siempre el enemigo más íntimo, incitándonos a pecar de muchas maneras, sentidos y formas. Solo nuestro Señor Jesucristo, fue el hombre que no tuvo que lidiar con ella, porque no tuvo pecado. Nosotros tendremos una lucha constante por eso debemos dejarla en la inactividad que la coloca la muerte de Cristo y vivir en el Espíritu.
Pensamientos para reflexionar
