JESÚS NACE EN LOS CORAZONES

“Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día” (Lucas 24:46)

“¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, y que entrara en su gloria?” (Lucas 24:26)

“E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne, Justificado en el Espíritu, Visto de los ángeles, Predicado a los gentiles, Creído en el mundo, Recibido arriba en gloria” (1 Timoteo 3:16)


Unos de los grandes slogans de navidad, es la expresión que Jesús nazca en los corazones.

Uno trata de comprender el sentimiento que está implícito en eso. Sin embargo, Jesús, no nace cada Navidad como el niño de Belén, y menos aún en el corazón de la gente en cada celebración.

El Hijo de Dios, descendió del cielo para revestirse de humanidad. “Por lo cual, entrando en el mundo dijo: Sacrificio y ofrenda no quisiste; Mas me preparaste cuerpo” (Hebreos 10:5) Esto lo hizo solamente una vez, cuando llegó el cumplimiento del tiempo que Dios asignó (Gálatas 4:4) Y ese niño tuvo un crecimiento normal, perfecto en cada momento según su edad.

Cuando cumplió treinta años, comenzó su ministerio anunciando el reino de Dios y esa gracia divina de la cual era portador. Pero como vino con una misión salvífica, redentora, tuvo que ir a la cruz del calvario, para morir en nuestro lugar. Él, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios. (1 Pedro 3:18)

Hoy no se trata de que el salvador nazca, sino de que sea reconocido. El ya fue ofrecido por nuestros pecados. Quien recibe el mensaje del evangelio creyendo en él, y abre su corazón para recibir a Cristo como suficiente salvador, es salvo.

Ya no se trata de que el niño de Belén nazca, sino de recibirlo por fe como Salvador.


Pensamientos para reflexionar

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