“Porque Esdras había preparado su corazón para inquirir la ley de Jehová y para cumplirla, y para enseñar en Israel sus estatutos y decretos” (Esdras 7:10)
“Bienaventurados los perfectos de camino, Los que andan en la ley de Jehová” (Salmo 119:1)
“¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido” (Isaías 8:20)
Los pilotos de avión, adquieren mucha experiencia haciendo las mismas rutas de vuelo. Luego de un tiempo, conocen a la perfección los detalles de cada pista de aterrizaje, los espacios de cada aeropuerto, las condiciones climáticas habituales de cada sitio etc. Sin embargo, los pilotos no se guían por su pericia, sino por los aparatos y controladores que los conducen, para que más allá de que haya niebla, tormenta, u otras imposibilidades, ellos sepan cómo pilotar la nave sin inconvenientes, no guiados por su parecer ni por la experiencia que tengan.
Cuando trasladamos esto a la manera de manejarnos espiritualmente también sucede lo mismo. Los que hayan caminado con Cristo por muchos años y tenido responsabilidades espirituales, estarán capacitados para conducir, habiendo alcanzado madurez porque “por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal” (Hebreos 5:14) Pero al igual que los pilotos de avión, por mas experiencia que tengan, igualmente se someterán a las instrucciones precisas de la Palabra de Dios, y no a su parecer al respecto.
Siempre será la Palabra de Dios la que guíe cada decisión. A veces, la voluntad de Dios estará claramente revelada en la Biblia para mostrarnos cómo proceder. Otras, se necesitará analizar cada caso en particular, buscando los principios espirituales, pero siempre la guía tendrá que ser la Palabra y no el parecer del hombre.
Pensamientos para reflexionar
