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“Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros… Y muchos seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales el camino de la verdad será blasfemado, y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas” (2 Pedro 2:1-3)
“Éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo. Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz. Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia” (2 Corintios 11:13-15)
Cuentan que una vez, se produjo un gran revuelo en las inmediaciones de un estadio de Fútbol, debido a que la mayoría de los concurrentes habían sido estafados. Llegaron contentos y eufóricos, pero no los dejaron entrar porque las entradas eran falsas.
Al leer esta noticia, alguien pensaba en algo peor, pensaba en todos aquellos que son engañados con un mensaje falso del evangelio, los cuales están tranquilos, creyendo que irán al cielo, pero están siendo estafados por hombres que la Biblia desenmascara diciendo: “que tienen apariencia de piedad, pero niegan la eficacia de ella” (2 Timoteo 3:5) “Que toman la piedad como fuente de ganancia” (1 Timoteo 6:5) “
Estamos viviendo tiempos, donde muchos son alcanzados por un mensaje incompleto y lo aceptan entusiasmados por las promesas de bendición y prosperidad que les hacen. Luego son considerados salvos, pero sin haber pasado de muerte a vida.
Hay quienes sin haber experimentado nunca el arrepentimiento ni el dolor de sentirse pecadores perdidos, se piensan salvos porque van a la iglesia y sirven en ella. Han hecho una oración que alguien les dictó, y con eso fueron recibidos al círculo de comunión para poder cumplir con sus deberes de “miembros” Así no se alcanza la salvación.
La oración para salvación, solo es efectiva si quien la hace, siente verdaderamente lo que está diciendo. Si no, es como estar adquiriendo una entrada falsa.
Pensamientos para reflexionar
