
“También debes saber esto: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos” (2 Timoteo 3:1)
“Pero el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: Conoce el Señor a los que son suyos; y: Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo” (2 Timoteo 2:19)
“Mas los malos hombres y los engañadores irán de mal en peor” (2 Timoteo 3:13)
Estamos viviendo los tiempos finales de la iglesia en la tierra. Muy pronto, nuestro Señor Jesucristo vendrá a buscar a los suyos según su promesa (Juan 14: 3) y de ahí en más lo que sucederá en la tierra será terrible hasta que Cristo Jesús venga y reine.
Sabemos que el pecado echó todo a perder, pero en el principio, la humanidad se encontraba como cuando tenemos una fruta picada que comienza a afectarse. En ese caso, cuidadosamente se saca la parte mala y se aprovecha el resto. En cambio, ahora, nos encontramos frente a un proceso que continuó hasta afectarlo todo, para lo cual, si alguien quisiera aprovechar algo no se trataría de sacar la partecita mala, sino de ver si hay aún alguna parte buena.
Cuando la Biblia dice que el justo Lot afligía su alma justa todos los días viendo los hechos inicuos de los moradores de Sodoma, decimos: Lot tendría que haber tenido más fuerza para salir de ese lugar. Hoy los justos se encuentran en situaciones similares, afligiendo sus almas viendo tanta depravación, pero ya no queda donde ir, “porque todo está contaminado, corrompido grandemente” (Miqueas 2:10)
Es en ese escenario que hoy toca testificar “Renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, viviendo en este siglo sobria, justa y piadosamente” (Tito 2:12) “Esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna” (Judas 1.21)
Pensamientos para reflexionar
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