Leer 1 Reyes 13
“Y el otro le dijo, mintiéndole: Yo también soy profeta como tú, y un ángel me ha hablado por palabra de Jehová, diciendo: Tráele contigo a tu casa, para que coma pan y beba agua” (1 Reyes 13:18)
“Os rogamos, hermanos, que no os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar, ni os conturbéis, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera nuestra” (2 Tesalonicenses 2:2)
“Más si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema” (Gálatas 1:8)
Dios había utilizado a un profeta para que fuera su oráculo reprendiendo a Jeroboan por la locura que estaba cometiendo. El profeta cumplió fielmente su cometido y no compartió nada más en aquel lugar sino que se retiró, tal como Jehová le había indicado. Pero, había otro profeta en aquel lugar. Un viejo profeta que Dios no utilizó para tal misión y que buscó a aquel varón de Dios y lo convidó a comer. Ante la negativa del varón de Dios en obediencia a Dios, el viejo profeta mintió y le dijo: Yo soy profeta como tú y un ángel del cielo me dijo por palabra de jehová tráelo para que coma pan y beba contigo. Entonces aquel hombre cedió y entró en la casa del viejo profeta. Allí comió y luego siguió su camino, pero salió a su encuentro un león y lo mató.
¡Qué cuidado debemos tener para mantenernos en obediencia! La Palabra dice: “No te desvíes a la derecha ni a la izquierda” (Proverbios 4:27) Pablo dijo: Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema” (Gálatas 1:8) Los creyentes deben mantenerse en lo que les dijo Dios y no aceptar que nadie venga con nuevas revelaciones. Ante el viejo profeta, el varón de Dios cedió y el león, figura del diablo, terminó con su servicio.
Pensamientos para reflexionar