EL HOMBRE NO ABORRECE EL MAL,  ABORRECE LO QUE NO LE GUSTA

“Aborreced el mal, y amad el bien, y estableced la justicia en juicio” (Amós 5:15)


El pecado causó tantos estragos en la naturaleza humana, que hoy es imposible que en el mundo haya paz y se pueda vivir quieta y reposadamente, tal como Dios lo deseó.

Los hombres se esfuerzan para mejorar. Buscan formas distintas de gobierno y de manejo de la economía; pero sin resultados. Dejándolo de lado a Dios es imposible.

Se constata lo que dice la Biblia. “Lo torcido no se puede enderezar” (Eclesiastés 1:15)  “Porque  separados de mí nada podéis hacer” (Juan 15:5)

No es que el hombre no quiera vivir bien, y no intente cambiar el mundo. Se trata, de que sin Dios no se puede.

El hombre sufre debido al mal, pero, no aborrece lo malo.

El hombre aborrece lo que le perjudica, lo que no le gusta. Esto estaría perfecto, si el hombre fuera  justo y recto, pero Dios atestigua del hombre: “Vosotros… aborrecéis lo bueno y amáis lo malo” (Miqueas 3:2) Y en esa condición, es imposible estar bien.

Aunque cueste aceptarlo, el hombre “Aborrece la paz” (Salmo 120:6)  “La reprensión” (Proverbios 12:1) “La luz” (Juan 3:20) “La corrección” (Salmo 50:17) y esto por orgullo, codicia, vanidad, avaricia…

Solo desea combatir estas cosas, cuando le perjudican directamente, de lo contrario, no les afectan porque las lleva en su corazón.

El mundo no va a cambiar, la solución está en volverse a Dios.


Pensamientos para reflexionar

www.lacuevadeadulam.com.ar  weblacuevadeadulam@gmail.com

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *