“Mas yo a Jehová miraré, esperaré al Dios de mi salvación; el Dios mío me oirá” (Miqueas 7:7)
Es difícil decirle a otro el porqué de su situación, o porque Dios no contesta a sus oraciones de la manera esperada; cuando sus peticiones son por cosas lógicas y necesarias que generalmente todos necesitamos.
Discernir la causa del silencio de Dios cuando alguien está viviendo en desobediencia o en un pecado evidente, es quizás más sencillo. Sin embargo, interpretar a Dios y decirle al que sufre cual es la causa de su sufrimiento es algo que no podemos.
Los amigos de Job dijeron cosas justas, pero que no eran la causa por la cual Job padecía.
(Santiago 5:11) dice “Habéis oído de la paciencia de Job, y habéis visto el fin del Señor”
El Señor se proponía un fin con Job, como con cada uno de nosotros, y a su tiempo lo mostrará para que alcancemos el bien que se propone hacernos. Mientras tanto, debemos esperar en él con confianza y decir resueltamente: “Aunque él me matare, en él esperaré” (Job 13:15)
El creyente debe recordar que el Señor dijo: “No temas, porque yo te redimí… a mis ojos fuiste de gran estima, fuiste honorable, y yo te amé” (Isaías 43:1 y 5)
“Nunca me olvidaré de ti” (Isaías 49:15) “No te desampararé, ni te dejaré” (Hebreos 13:5)
La fe honra al Señor (Hebreos 11:6) Dudar de su amor y fidelidad hace doler su corazón.
Pensamientos para reflexionar