Todos los escritos
“Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14:6)
“Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hechos 4:12)
Y “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad” (1 Juan 1:9)
Tomé por la RUTA DEL PECADO y esta me llevó muy lejos de la paz y la tranquilidad. Me sentí solo y perdido, cuando lleno angustia, pregunté: ¿Cómo puedo hacer para regresar a dónde estaba antes? ¿Cuál es el camino que me lleve de nuevo a casa? Alguien me dijo: Lamentablemente, será muy difícil volver, pues, todos los que transitan por estas calles están buscando también el camino y están en este lugar por el mismo motivo que usted. Sin embargo, hay alguien llamado Jesús, a quien es necesario encontrar para encontrar el camino. Búsquelo y podrá volverse.
Acepté lo que aquel hombre me dijo y busqué a Jesús. Buscando a Jesús, me di cuenta de que, a pesar de tanta confusión, había muchas indicaciones que me llevaban a él. Siguiendo las indicaciones, me encontré con alguien que me aclaró más. Ese hombre me dijo: ¿Usted busca a Jesús? Muy bien, pues él es el único camino que conduce a casa. La gente no lo encuentra porque no quiere aceptar las indicaciones prefiriendo confiar en sus opiniones, pero usted persista y tomé ahora por esta CALLE DEL RECONOCIMIENTO DE SUS ERRORES que lo llevará hasta una gran autopista llamada ARREPENTIMIENTO. Desde allí, mientras transite por el arrepentimiento encontrará una salida bien anunciada, que dice: CONFESIÓN DE PECADOS. Haciendo ese recorrido se encontrará con Jesús, como salvador y llegará por él, al destino añorado.
Pensamientos para reflexionar
