
“Quiero que sepáis que Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios la cabeza de Cristo. Todo varón que ora o profetiza con la cabeza cubierta, afrenta su cabeza. Pero toda mujer que ora o profetiza con la cabeza descubierta, afrenta su cabeza… Con todo eso, si alguno quiere ser contencioso, nosotros no tenemos tal costumbre, ni las iglesias de Dios” (1 Corintios 11:3 al 5 y 16)
Hay muchas cosas que Dios en su Palabra calla, porque así lo vio conveniente. Pero hay otras cosas escritas que al leerlas se entienden claramente, aunque algunos no quieran cumplirlas y le den vueltas y vueltas acomodándolas según su propia interpretación.
Un pasaje clave en este sentido es 1 Corintios 11 :1 al 16 donde se nos enseña que la mujer debe cubrir su cabeza en la presencia de Dios para no hacerle un agravio a su cabeza que es el hombre. Como expresando en su negativa que no reconoce el orden establecido por Dios. En ese pasaje, el Espíritu de Dios apela al orden creacional, a la enseñanza de la misma naturaleza y a la costumbre de la Iglesia de Dios. Sin embargo, esto, que tantas generaciones han leído y mantenido, actualmente no se obedece, aduciendo que tales ordenanzas no deben cumplirse porque eran cosas para los Corintios, porque Pablo era machista, o por razones a las que no llegaríamos nunca leyendo las Escrituras.
Hermanos, las cosas que están escritas en la Biblia y sobre todo la doctrina enseñada directamente a la Iglesia, son para nosotros. Por eso se han mantenido en el tiempo y a nosotros ahora solo nos resta cumplirlas, sujetándonos a la autoridad del Señor
Debido a eso, en ese pasaje aprendemos que, en las reuniones, los hombres no deben tener cubierta su cabeza y que las mujeres deben cubrirse.
Pensamientos para reflexionar