
“El Juez de toda la tierra, ¿no ha de hacer lo que es justo?” (Génesis 18:25)
“El juicio de Dios…es según verdad. ¿Y piensas esto, oh hombre, tú que juzgas a los que tal hacen, y haces lo mismo, que tú escaparás del juicio de Dios?” (Romanos 2:2,3)
Dios es siempre justo, obrando en gracia u obrando en juicio. El hombre sin Cristo esto no lo entiende, pues por naturaleza tiene una visión muy distorsionada de las cosas. Los hombres, hacen una valoración muy grande de sí mismo pero como carecen de horror por el pecado, repudian solamente lo que les perjudica directamente.
A pesar de encontrarse en esa situación, los seres humanos siempre, tienen mucho de legalismo, y si se trata de los demás, reclamarán justicia, creyendo que porque ellos no hicieron lo mismo, son mejores personas. Por eso dicen: ¿Que se haga justicia! ¡Espero que la justicia sea implacable!, etc…
Cuando pensamos un poco, nos damos cuenta que, es una locura pedir que Dios ejecute su justicia sin estar por la fe bajo el resguardo de la obra de Cristo. Pues si Dios obrará directamente en juicio para con los hombres, ¿Dónde podrían esconderse aquellos que se creen justos? Sin embargo, Dios, hoy no se encuentra juzgando al mundo, sino llamando a todos al arrepentimiento, ofreciéndoles su gracia para salvación.
Pues el juicio se avecina y la única manera de escapar al justo juicio de Dios, es estar en Cristo. Estar en Cristo es haberse reconocido pecador perdido y aceptado la salvación de Dios en Cristo Jesús. Habiendo Cristo llevado el castigo que nos correspondía, ninguna condenación hay entonces para los que están en Cristo Jesús (Romanos 8:1)
Pensamientos para reflexionar