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“Dice el necio en su corazón: No hay Dios” (Salmo 14:1)
“Negaron a Jehová, y dijeron: Él no es, y no vendrá mal sobre nosotros, ni veremos espada ni hambre” (Jeremías 5:12)
“Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen” (Romanos 1:28)
Dice el necio en su corazón no hay Dios. (Salmo 14:1) El necio, es el insensato, la persona falta de razón, que actúa con una particularidad que la caracteriza. En su necedad vive sin tener en cuenta a Dios, como si Dios no existiera.
La Biblia dice que el necio, dice esto en su corazón, es decir que lo dice con sus actitudes, pues el corazón es aquello que representa pensamientos, sentimientos, emociones, intelecto, voluntad… Desde el fondo de su ser, el necio niega a Dios con sus hechos.
Esto parece asombroso, Sin embargo, es que lo vemos a diario en los que nos rodean: Observemos como se conduce la gente. Nadie dice abiertamente: ¡Dios no existe! Pero se levantan y comienzan sus actividades sin agradecer a Dios ni pensar en todos sus beneficios. Se sientan a comer sin el más mínimo reconocimiento de gratitud. Trazan sus planes y toman sus decisiones sin importarles nada más que lo conveniente y si tienen que hacer alguna transgresión, la hacen sin el más mínimo temor a Dios. Para ellos es como que Dios no existiera.
En psicología se dice que la gente piensa que lo que niega no existe, sin embargo, las cosas existen y Dios existe y cada ser humano le tendrá que dar cuentas. Por eso hoy es el momento de reconocer a Dios y reconciliarse con él, por medio del Salvador Jesucristo.
Pensamientos para reflexionar
