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“Entonces Samuel dijo a Saúl: Locamente has hecho… Mas ahora tu reino no será duradero. Jehová se ha buscado un varón conforme a su corazón, al cual Jehová ha designado para que sea príncipe sobre su pueblo” (1 Samuel 13:13 y 14)
“Dios les dio a Saúl hijo de Cis, varón de la tribu de Benjamín, por cuarenta años. Quitado éste, les levantó por rey a David, de quien dio también testimonio diciendo: He hallado a David hijo de Isaí, varón conforme a mi corazón, quien hará todo lo que yo quiero” (Hechos 13:21,22)
Algunas personas, al considerar las flaquezas de David, no pueden comprender como fue un varón conforme al corazón de Dios. (Véase 1 Samuel 13:14 Hechos 13:22)
En realidad, si miramos a los creyentes en sus debilidades, desestimaríamos a todos. El salmista dice: “JAH, si mirares a los pecados, ¿Quién, oh Señor, podrá mantenerse?” (Salmo 130: 3) Pero, Dios, llama por gracia y ve lo que el hombre no puede ver.
David, fue un hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras (Santiago 5:17) pero amaba a Dios con todo su corazón y siempre se volvía de sus extravíos confesando su pecado. David, supo tener como preferencia todo lo de Dios y nunca permitió que nadie ofendiera al Señor. Con todo y con eso, si analizamos el contexto de los pasajes citados, veremos que allí, no dice que fue según el corazón de Dios, porque fue perfecto, sino porque se ve contrastado con Saúl, quien también había sido ungido, pero no conforme a su corazón, sino al corazón y deseo del hombre. Saúl fue el rey según la carne.
Esto nos enseña que nada de la carne es según el corazón de Dios. Las elecciones carnales no lo satisfacen, por eso Dios hace primar su elección y el principio de su elección es siempre por gracia. (Romanos 9:11) No por perfección, ya que nadie es perfecto, ni por obras para que nadie se gloríe.
Pensamientos para reflexionar
