CRISTO NUESTRO MEDIADOR

“Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos; que no tiene necesidad cada día, como aquellos sumos sacerdotes, de ofrecer primero sacrificios por sus propios pecados, y luego por los del pueblo; porque esto lo hizo una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo” (Hebreos 7:26-27)

“Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos…” (1 Timoteo 2:5,6)


Cuentan que el famoso escritor y novelista británico, H.G. Wells. (1866-1946) fervoroso defensor de la ciencia, se dio cuenta y expuso que el cristianismo, era la única religión en el mundo que había abolido al altar y al sacerdocio como intercesor entre Dios y los hombres, aunque reconocía que, lamentablemente, el hombre lo había vuelto a levantar al organizarse religiosamente.

Efectivamente, toda religión, tiene un sacerdote, guía, profeta, ministro o lo que fuera que se interpone entre la deidad y los hombres para intermediar. Sin embargo, los cristianos, sabemos que las exigencias justas y santas de Dios han sido satisfechas en la cruz de Cristo, donde nuestro Salvador, enviado desde los cielos, se presentó como ofrenda por el pecado una vez para siempre. A partir de allí, como solemos cantar: La ofrenda hecha está, el Salvador triunfó…

De allí en más, la Biblia presenta inequívocamente que, así como hay un solo Dios, hay un solo mediador entre Dios y los hombres: Jesucristo hombre. (1 Timoteo 2:5) y que los que creímos en Cristo como nuestro salvador, formamos un sacerdocio universal (1 Pedro 2: 5 y 9)

Por lo tanto, no hay sacerdote, pastor, ministro ni ninguna persona que tenga que ser el intermediario entre Dios y los hombres, para orar, perdonar pecados, ni mantener la comunión con Dios, porque el hombre ahora por gracia, tiene un libre acceso a Su presencia.


Pensamientos para la reflexionar

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