
“No participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas” (Efesios 5:11)
“Porque ¿Qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas?… Por lo cual, Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, Y no toquéis lo inmundo; Y yo os recibiré.” (2 Corintios 6:14 y 17)
Lot siguió a su tío, un hombre de fe, y fue bendecido, pero, llegó el momento en el que tuvo que elegir el rumbo de su camino, decidiendo donde morar, y “escogió para sí toda la llanura del Jordán … y habitó en las ciudades de la llanura, y fue poniendo sus tiendas hasta Sodoma. Mas los hombres de Sodoma eran malos y pecadores contra Jehová en gran manera” (Génesis 13:10-13)
En medio de estos hombres Lot progresó materialmente y ganó cierto prestigio, estando inclusive con los que sentaban a las puertas de la ciudad (Génesis 19:1) que era donde se llevaban los juicios para que se juzgaran las causas.
Ocupando ese sitio, “afligía su alma cada día su alma justa, viendo y oyendo los hechos inicuos de ellos” (2 Pedro 2:8) Lot, se afligía, pero le faltaba añadir a su fe virtud (2 Pedro 1:5) para retirarse.
Mirándolo carnalmente fue un hombre próspero, sin embargo, no tuvo un testimonio efectivo. La Gracia de Dios no lo dejó perecer juntamente con los malvados; pero ni sus yernos creyeron su anuncio, pensando que era una broma cuando les hablaba del juicio venidero (Génesis 19:14)
¡Qué triste! Un testigo ineficaz debido a su falta de separación del mal.
¡Cuidado! Nadie tomara en serio nuestro testimonio acerca de Jesucristo, si no nos ve como personas íntegras en la fe.
Pensamientos para reflexionar