CRISTIANOS FIELES

“Preparad vuestro corazón a Jehová, y sólo a él servid” (1 Samuel 7:3)

“Vosotros, pues, no os preocupéis por lo que habéis de comer, ni por lo que habéis de beber, ni estéis en ansiosa inquietud. Porque todas estas cosas buscan las gentes del mundo” (Lucas 12:29,30)

“Porque no es este el lugar de reposo, pues está contaminado, corrompido grandemente” (Miqueas 2:10)


John Wesley, el conocido clérigo predicador y teólogo británico del siglo XVIII, dijo una vez. “Denme cien hombres que no teman más que al pecado y que no deseen más que a Dios, y cambiaré el mundo”

En tiempos de Wesley Gran Bretaña vivía momentos terribles. Actualmente, aunque no de la misma manera, también vivimos situaciones terribles y de gran necesidad espiritual.

El evangelio se extiende, pero el testimonio cristiano es cada día más terrenal y mundano. Donde las “iglesias” cierran y los cristianos manifiestan cada vez menos consagración. Donde la Palabra de Dios encuentra cada vez menos lugar en las predicaciones y las cosas del mundo llenan más la vida de los creyentes.

Por esta razón, podemos decir que necesitamos también de hermanos que no teman más que al pecado, y que no deseen más que a Dios. Que salgan de sus comodidades para llevar el mensaje del evangelio y que deseen reunirse cada día, colocando a Cristo como primera cosa en sus vidas. Que no estén pensando en lo suyo propio, sino en lo que es de Cristo de Jesús. Que no se avergüencen de dar testimonio. Que Honren a Dios con sus bienes, y no se conformen con el mal menor ni con verdades a medias para terminar congregándose en cualquier lugar.

Cristianos así, trabajando juntos, revolucionarían todo a su alrededor produciendo frutos para la gloria de Dios.


Pensamientos para reflexionar

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