Todos los escritos
“Vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca” (Filipenses 4:5)
“No seáis niños en el modo de pensar, sino sed niños en la malicia, pero maduros en el modo de pensar” (1 Corintios 14.20)
“Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados” (Efesios 5:1)
Los creyentes no debemos dejarnos llevar por nuestras emociones, y mucho menos por nuestra carne, la cual tiene una dosis muy alta de susceptibilidad. Cuando las situaciones forjan nuestro comportamiento y dejamos de ser dirigidos por el Señor y sus enseñanzas, como corresponde, y reaccionamos según nuestro parecer, conforme al accionar de los demás, deshonramos a Dios. Pues allí, con las personas espirituales, nos mostramos espirituales, y con los carnales como más carnales que ellos para que no nos pasen por encima.
Este es el motivo por lo cual muchas veces escuchamos decir: “Si no saluda, yo tampoco saludo… Si me respeta yo lo respeto, y si no, cuidado, porque si me busca me encuentra… o frases por el estilo, que, si las pensamos, nos muestran muy pobres de carácter, ya que nos vuelven como los demás no como dice Dios que debemos ser. Dios dice: No paguéis a nadie mal por mal (Romanos 12:17) “No digas: Como me hizo, así le haré; Daré el pago al hombre según su obra” (Proverbios 24:29) Por lo tanto, siempre debemos actuar bien, sin importarnos como actúen los otros. Porque somos hijos de un Dios de amor y de gracia y testigos suyos sobre esta tierra.
Recuerda: Si te tratan mal, encomienda la causa a tu fiel creador y no seas vencido de malo. Sino vence con el bien el mal (Romanos 12:21)
Pensamientos para reflexionar
