VUESTRA PIEDAD ES COMO NUBE DE LA MAÑANA

“¿Qué haré a ti, Efraín? ¿Qué haré a ti, oh Judá? La piedad vuestra es como nube de la mañana, y como el rocío de la madrugada, que se desvanece” (Oseas 6:4)

“Ejercítate para la piedad” (1 Timoteo 4:7)


Dios dijo a su pueblo: “La piedad vuestra es como nube de la mañana, y como el rocío de la madrugada que se desvanece” (Oseas 6:4) Y esto por lo superficial de su relación con él. Por lo efímera que era su devoción, su obediencia, etc.

Lamentablemente, esto también aplica para nosotros, en nuestra dispensación. Sino pensemos un poco. Todos los creyentes manifiestan fe, amor, santidad, pero ni bien alguien los contradice, se sienten heridos por algo, o consideran injusto lo que está viviendo, esas virtudes cristianas, muestran tener una capa muy fina. Enseguida desaparecen y se enojan dejando que la carne salga a la luz.

Queridos hermanos, esto nos humilla a todos, pero debemos esforzarnos porque no debe ser así.

El amor no debe ser solo de palabras, sino de hecho y en verdad (1 Juan 3:8) No podemos enojarnos tan fácilmente y herir a quienes decimos amar. El apóstol Pablo les dice a los efesios, que los corazones deben estar arraigados y cimentados en amor (Efesios 3:18) También la Biblia nos dice que debemos estar fundados y firmes en la fe (Colosenses 1:23) Afirmados los corazones en santidad (1 Tesalonicenses 3:13). Nuestra fe no puede tambalear tan fácilmente cuando algo no sale como deseábamos. Y nuestra santidad, no puede ser solamente los días de reunión. Debemos estar firmes y fundamentados en estas cosas, manteniendo el carácter de Cristo, sin fluctuaciones.


Pensamientos para reflexionar

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