
“A fin de que no os hagáis perezosos, sino imitadores de aquellos que por la fe y la paciencia heredan las promesas” (Hebreos 6:12)
La Biblia presenta a muchos héroes de la fe que han brillado por su fidelidad a Dios, a pesar de haber vivido tiempos difíciles. Leemos acerca de ellos, y damos gracias a Dios por tales ejemplos. Sin embargo, Dios, nos aclara, que ellos, fueron hombres “sujetos a pasiones semejantes a las nuestras” (Santiago 5:17)
Dios nos muestra en su Palabra los aciertos y desaciertos de los suyos, y no para desalentarnos, sino todo lo contrario. Para que “considerando el resultado de su conducta, imitemos su fe” (Hebreos 13:7)
Hay quienes entronizan a los hombres de Dios que han brillado por su fidelidad, y dicen: No somos Abraham, ni José, ni David, ni el profeta Elías… Obviamente, cada uno tiene su propia vida y misión que cumplir, y le toca servir y testificar, en el tiempo en el cual Dios lo colocó. Recordando que fueron hombres como nosotros, tomaremos fuerzas para imitarlos, en cambio, entronizándolos, buscaremos la excusa para justificar nuestra poca fe.
Recordemos que no somos llamados a hacer, lo que hicieron literalmente aquellos hombres de Dios; sino a vivir en la comunión y la fe que vivieron ellos.
Si cual ellos, tuviéramos una entrega tan grande de corazón, y viviéramos despegados de las cosas de este mundo que debilitan la fe, y batallan contra el alma; gozaríamos como ellos en la comunión con nuestro Señor.
Pensamientos para reflexionar