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“Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él… De éste dan testimonio todos los profetas, que todos los que en él creyeren, recibirán perdón de pecados por su nombre” (Hechos 10:38 y 43)
La Biblia dice: “Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo” (Hechos 16:31)” Porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo” “Romanos 10:13) Esto lo promete Dios y lo cumple en respuesta a la aceptación del mensaje del evangelio y la confesión de fe del creyente, independientemente de la forma o el medio por el cual la persona llegó al conocimiento de la salvación en Cristo Jesús. Porque la Salvación es de Dios (Salmo 3:8, Jonás 2:9) y Dios salva únicamente en Cristo, no por la iglesia ni por el predicador.
Esto, lo acentuamos, no para restarle importancia a la buena y sana predicación, sino para que todos comprendan que, si una persona recibe a Cristo habiendo frecuentado algún ambiente de mala doctrina, no quiere decir por eso que Dios apruebe todo cuanto se haga en ese lugar.
Dios no aprueba que los suyos desobedezcan a las Escrituras, por eso los creyentes, deben ver bien donde se congregan y vivir, congregarse y ocuparse en la obra del Señor conforme a lo que Dios manda.
La aprobación está en la obediencia a lo que Dios manda. Cuando Moisés golpeó dos veces la peña. Desobedeció y Dios no lo aprobó, pero a pesar de ello, brotaron aguas para sostener la vida del pueblo (Números 2:11) Eso demuestra que puede haber bendición de parte de Dios, aún cuando haya cosas que él desapruebe.
Pensamientos para reflexionar
