
“Para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna” (Tito 3:7)
El pecado nos hace culpables, y la culpa requiere perdón. Dios que nos ama nos perdonó en Cristo, y aún más, nos justificó.
Ser justificado, es estar liberado de toda acusación que pudiera ser presentada contra nosotros.
Es ser declarado justo, y visto como si nunca se hubiese faltado.
La Biblia dice sobre la justificación: “Siendo justificados gratuitamente por su gracia” (Romanos 3:24)
“Justificados, pues, por la fe” (Romanos 5.1)
“justificados en su sangre” (Romanos 5:9)
Alguien entonces podría preguntarse: ¿Somos justificados por su gracia, por la fe, o en su sangre?
Para comprenderlo consideremos lo siguiente:
Dios declara que todo hombre es pecador. La salvación del hombre nace en el corazón de Dios, y sin que éste lo merezca, lo salva POR GRACIA.
Si el origen es la gracia, la base para poder hacerlo justamente, era condenando el pecado; pues, no podía pasarlo por alto. Como la paga del pecado es muerte, Cristo murió por nuestros pecados, derramando su sangre. Por lo tanto, somos JUSTIFICADOS EN SU SANGRE.
Sin embargo, ¿quiere decir esto que todos los hombres son salvos? No. Sino solo aquellos que aceptan la salvación por la fe. Por eso dice: JUSTIFICADOS PUES POR LA FE.
CONCLUSIÓN:
JUSTIFICACIÓN: El origen es el amor de Dios: SU GRACIA,
El fundamento: LA SANGRE DE CRISTO.
El medio para obtenerla: LA FE
¿Estás tú justificado?
Pensamientos para reflexionar