
“Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas” (Mateo 11:28,29)
Si te sientes cansado de luchar solo… Si te duele la vida por haber llorado tanto… Si muchas veces sientes que ya no puedes más, que pareciera que todo está en tu contra y contra todo ya no puedes, ¿por qué no pruebas con Cristo? No te has puesto a pensar que todo lo que vives sea quizás lo que Dios permite, no lo que desea para ti, pero si lo que permite para ganar tu atención, para que levantes los ojos al cielo y clames. Para que consideres tu vida y te entregues a Cristo.
Los seres humanos tenemos muchas cosas de las cuales arrepentirnos, pero de lo que nunca te arrepentirás será de entregarle tu vida a Cristo recibiéndolo como tu salvador. Claro que para muchos es un paso difícil de dar porque no quieren reconocerse necesitados, ni quieren pedir ayuda para que nadie diga que están vencidos. Pero, para ti, debe ser distinto. Tú estás viviendo cosas que muestran evidentemente que Dios está tratando contigo, buscando tu atención, haciéndote ver las cosas como realmente son. No lo deseches. No sigas luchando solo, reconócete delante de él y llora todo cuanto tengas que llorar. Arrepiéntete de todos tus pecados, recibe a Cristo y comienza una vida nueva. Jamás te arrepentirás.
El Señor Jesús te ama, él murió por tus pecados. No luches más solo, entrégale tu corazón y salvo serás.
Pensamientos para reflexionar